Celulares viejos pueden producir metales preciosos.
Antes de deshacerse de su viejo celular, revise bien si no tiene que extraerle el el oro, la plata y el cobre y una serie de otros metales incrustados en el aparato, muchos de los cuales gozan de precios casi récord.
En Honjo, Japón, se está desarrollando una nueva industria conocida como "minería urbana", la cual busca reciclar los metales en los viejos productos electrónicos en busca de gemas tales como iridio y oro, y ya que los precios de los metales se disparan, es una industria que promete desarrollo.Los materiales recuperados se usan en partes de nuevos aparatos electrónicos y el oro y otros metales preciosos son fundidos y vendidos a los joyeros e inversores en forma de lingotes.
También vuelven a los fabricantes de aparatos electrónicos, quienes usan el oro en las tarjetas de circuitos de los teléfonos celulares porque conduce la electricidad incluso mejor que el cobre.
"Pueden ser metales preciosos o menores, queremos reciclar lo que sea que podamos," dijo Tadahiko Sekigawa, presidente de Eco-System Recycling Co, propiedad de Dowa Holdings Co Ltd.
Una tonelada de mineral de hierro de una mina de oro produce en promedio solo 5 gramos de oro, mientras que de una tonelada de teléfonos celulares descartados se pueden lograr 150 gramos o más, según un estudio de Yokohama Metal Co Ltd, otra firma de reciclaje.El mismo volumen de teléfonos celulares descartados también contiene alrededor de 100 kilos de cobre y tres de plata, entre otros metales.
Los metales han alcanzado precios récord. El oro se está comercializando a unos 31,39 dólares por gramo, tras llegar a un récord histórico en marzo de 36,35 dólares por gramo.El cobre y el estaño también están alrededor de techos récord y los precios de la plata se encuentran muy por encima de los promedios a largo plazo.
Reciclando Metales.
Reciclar aparatos electrónicos tiene sentido en Japón, un país con pocos recursos naturales para alimentar a su millonaria industria electrónica pero sí decenas de millones de viejos teléfonos celulares y otros aparatos de consumo obsoletos que son desechados cada año.
"Para algunos solo es una montaña de basura, pero para otros es una mina de oro," dijo Nozomu Yamanaka, gerente de la planta de reciclaje Eco-Systems, donde pilas de teléfonos celulares descartados y otros aparatos son separados según su valor en metal.
Una tira de oro fundido fluye hacia un molde donde tomará forma de un bloque amarillo, en camino a convertirse en una barra de oro de tres kilos, con un valor aproximado de 90.000 dólares a los precios actuales.
La chatarra de aparatos electrónicos y de otros desperdicios industriales primero se separa y desmantela a mano. Luego es sumergida en químicos para disolver los materiales no deseados y el metal restante es refinado.La empresa también recupera metales de viejas unidades de memoria, cables e incluso tinta negra que contiene plata y paladio.
Reciclando celulares.
Pero a pesar del creciente interés por el medio ambiente y el reciclaje, la industria lucha por conseguir suficientes teléfonos celulares viejos para alimentar a sus plantas.
Los 128 millones de habitantes de Japón usan sus teléfonos celulares durante un promedio de dos años y ocho meses.Sin embargo, solo entre el 10 y 20 por ciento de los celulares son reciclados ya que la gente a menudo opta por guardarlos debido a la preocupación por los datos personales que contienen, dijo Yoshinori Yajima, director del ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón.
En el año hasta marzo del 2007 solo se recogieron 558 toneladas de viejos teléfonos para ser reciclados, cifra que bajó un tercio respecto de tres años antes, según muestran las cifras de la industria.
Mientras suben los metales, la industria japonesa se enfrenta a una creciente competencia por la chatarra, que está empujando los precios hacia arriba."Estamos viendo más competencia de parte de firmas chinas, y naturalmente los productos van a donde está el dinero," dijo Takashi Morise de Dowa.
En respuesta, las firmas locales importan tarjetas de circuitos usadas de Singapur e Indonesia, ya que también contienen valiosos metales menores que Japón está particularmente dispuesto a recuperar.
Estos metales menores como el indio, un componente vital para la producción de televisores de pantalla plana y monitores de computadora, antimonio y bismuto son indispensables para fabricar productos de alta tecnología.Sin embargo, a menudo no son fáciles de adquirir dado que China endureció los controles a las exportaciones, haciendo que sea más difícil para los fabricantes japoneses comprar estos metales.
Allí es donde los "mineros urbanos" entran en juego.
En Honjo, Japón, se está desarrollando una nueva industria conocida como "minería urbana", la cual busca reciclar los metales en los viejos productos electrónicos en busca de gemas tales como iridio y oro, y ya que los precios de los metales se disparan, es una industria que promete desarrollo.Los materiales recuperados se usan en partes de nuevos aparatos electrónicos y el oro y otros metales preciosos son fundidos y vendidos a los joyeros e inversores en forma de lingotes.
También vuelven a los fabricantes de aparatos electrónicos, quienes usan el oro en las tarjetas de circuitos de los teléfonos celulares porque conduce la electricidad incluso mejor que el cobre.
"Pueden ser metales preciosos o menores, queremos reciclar lo que sea que podamos," dijo Tadahiko Sekigawa, presidente de Eco-System Recycling Co, propiedad de Dowa Holdings Co Ltd.
Una tonelada de mineral de hierro de una mina de oro produce en promedio solo 5 gramos de oro, mientras que de una tonelada de teléfonos celulares descartados se pueden lograr 150 gramos o más, según un estudio de Yokohama Metal Co Ltd, otra firma de reciclaje.El mismo volumen de teléfonos celulares descartados también contiene alrededor de 100 kilos de cobre y tres de plata, entre otros metales.
Los metales han alcanzado precios récord. El oro se está comercializando a unos 31,39 dólares por gramo, tras llegar a un récord histórico en marzo de 36,35 dólares por gramo.El cobre y el estaño también están alrededor de techos récord y los precios de la plata se encuentran muy por encima de los promedios a largo plazo.
Reciclando Metales.
Reciclar aparatos electrónicos tiene sentido en Japón, un país con pocos recursos naturales para alimentar a su millonaria industria electrónica pero sí decenas de millones de viejos teléfonos celulares y otros aparatos de consumo obsoletos que son desechados cada año.
"Para algunos solo es una montaña de basura, pero para otros es una mina de oro," dijo Nozomu Yamanaka, gerente de la planta de reciclaje Eco-Systems, donde pilas de teléfonos celulares descartados y otros aparatos son separados según su valor en metal.
Una tira de oro fundido fluye hacia un molde donde tomará forma de un bloque amarillo, en camino a convertirse en una barra de oro de tres kilos, con un valor aproximado de 90.000 dólares a los precios actuales.
La chatarra de aparatos electrónicos y de otros desperdicios industriales primero se separa y desmantela a mano. Luego es sumergida en químicos para disolver los materiales no deseados y el metal restante es refinado.La empresa también recupera metales de viejas unidades de memoria, cables e incluso tinta negra que contiene plata y paladio.
Reciclando celulares.
Pero a pesar del creciente interés por el medio ambiente y el reciclaje, la industria lucha por conseguir suficientes teléfonos celulares viejos para alimentar a sus plantas.
Los 128 millones de habitantes de Japón usan sus teléfonos celulares durante un promedio de dos años y ocho meses.Sin embargo, solo entre el 10 y 20 por ciento de los celulares son reciclados ya que la gente a menudo opta por guardarlos debido a la preocupación por los datos personales que contienen, dijo Yoshinori Yajima, director del ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón.
En el año hasta marzo del 2007 solo se recogieron 558 toneladas de viejos teléfonos para ser reciclados, cifra que bajó un tercio respecto de tres años antes, según muestran las cifras de la industria.
Mientras suben los metales, la industria japonesa se enfrenta a una creciente competencia por la chatarra, que está empujando los precios hacia arriba."Estamos viendo más competencia de parte de firmas chinas, y naturalmente los productos van a donde está el dinero," dijo Takashi Morise de Dowa.
En respuesta, las firmas locales importan tarjetas de circuitos usadas de Singapur e Indonesia, ya que también contienen valiosos metales menores que Japón está particularmente dispuesto a recuperar.
Estos metales menores como el indio, un componente vital para la producción de televisores de pantalla plana y monitores de computadora, antimonio y bismuto son indispensables para fabricar productos de alta tecnología.Sin embargo, a menudo no son fáciles de adquirir dado que China endureció los controles a las exportaciones, haciendo que sea más difícil para los fabricantes japoneses comprar estos metales.
Allí es donde los "mineros urbanos" entran en juego.