Cecilia Bolocco lanza su nueva colección primavera / verano 2010 en el Parque Forestal

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"Aquí me inspiré, en Italia", dice Cecilia Bolocco en una pantalla gigante, mientras disfruta del sol en una terraza de la península. Minutos antes, la ex Miss Universo acaparaba luces y micrófonos en la alfombra roja, y minutos después recibirá aplausos y flores en la pasarela, mientras arregla el escote de su vestido negro para que nada vaya a escaparse.

"Por supuesto", responde cuando le preguntan si el traje es un diseño propio, al igual que el púrpura con que apareció tras bajarse del Mercedes negro. No podía ser menos en el lanzamiento de su nueva línea de ropa, esta vez para la marca Apology y siempre al alero de Falabella.

Fueron decenas las prendas que desfilaron en los cuerpos de esculturales modelos, siempre de acuerdo con los criterios con que la propia Bolocco definió su colección: "Color, sensualidad, telas vaporosas, estampados", enumera. "Clásico", es el término que prefiere Catalina Pulido para definir el estilo de la ex reina de belleza, y que refrenda Diana, la propia hermana de la anfitriona.

La actriz y la animadora fueron sólo dos de las celebridades que se aparecieron con relativa generosidad en el frontis del Museo de Arte Contemporáneo, con el caballo de Botero como testigo. El rollizo animal también pudo ver por su parcela a Sonia Fried (que definió el estilo Bolocco como "muy elegante"), Willy Geyse, Jordi Castell, José Cardoch, Coco Pacheco y hasta al imitador dominicano Julio Sabala.


Todos aplauden al terminar el desfile, con los remixes italianos aún sonando de fondo, mientras la diva sigue arreglando su escote y saludando a todos, incluido su pequeño hijo, Máximo Menem, quien se paró en el borde de la pasarela para felicitar a su madre. Nada la perturba, ni siquiera la protesta de un anónimo artista, que cuelga una gigantografía del célebre "boloccazo" de Viña del Mar, reclamando el lugar en el Museo que la reina sí encuentra.

Pero ese espacio por hoy fue de ella, y allí mismo se refugirá antes de salir a recibir las felicitaciones personalizadas de sus invitados en el cóctel. Las cartas ya están echadas, y la diseñadora se declara "feliz". Ahora sólo queda esperar por la prueba de fuego: Saber cuántas mujeres acudirán a las tiendas.

Via / Emol
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