Un nuevo libro destapa el trabajo infantil en empresas como H&M

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Esta semana sale a la venta Modeslavar (trabajo esclavo), el libro que han escrito los periodistas suecos Moa Kärnstrand y Tobias Andersson Akerblom tras visitar Myanmar y entrevistar a las empleadas de dos fábricas textiles que trabajan para H&M, entre otras firmas. 

¿Qué dice la publicación? Pues, por desgracia, lo que nos estamos imaginando: que el gigante sueco también hace la vista gorda a las malas prácticas laborales que llevan a cabo sus proveedores en la antigua Birmania. Y digo “también” porque si lo recuerdas, hace unos meses salió a la luz un docureality llamado Sweatshop en el que una bloguera sueca denunciaba las supuestas malas prácticas laborales de una fábrica proveedora de H&M en Cambodya. Cambia el país pero se mantiene la política laboral: jornadas laborales interminables, salarios mínimos irrisorios y, en esta ocasión, y como guinda del pastel, existencia de trabajo infantil. 

En “defensa” de la firma sueca comentar que la mayoría de estas condiciones laborales son totalmente legales en el país, puesto que en Myanmar, por ejemplo, el sueldo mínimo es de los más bajos del planeta y emplear a niños de entre 14 y 17 está permitido si se les ocupa con “trabajos ligeros”. Aún así, una cosa es lo que marca la ley y la otra lo que nos dice el sentido común y la ética. Ante tales acusaciones, la firma se ha apresurado a hablar con The Guardian: “Es de suma importancia para nosotros que nuestros productos sean fabricados bajo buenas condiciones de trabajo y con consideración a la seguridad, la salud y el medio ambiente. Por ello, hemos tomado medidas en relación con dos proveedores en Myanmar, que han tenido problemas con los documentos de identidad y las horas extraordinarias”. A lo que añade que aunque si “una persona entre 14 y 18 años trabaja no supone que sea un caso de trabajo infantil, según las leyes laborales internacionales […] H&M no tolera el trabajo infantil de ninguna manera”.

Pero para ser justo y no señalar sólo al gigante sueco, es de ley comentar que H&M no es la única multinacional de la moda rápida implicada en este supuesto nuevo escándalo, ya que dichas fábricas también trabajan para empresas como Marks & Spencer, New Look, Primark o Tesco, todas ellas posicionadas naturalmente, y como podemos leer en el mismo artículo de The Guardian, contra el trabajo infantil. 

Parece que todo el mundo hacía auditorías pero nadie sabía nada. Como respuesta a todo ello, me quedo con una de las afirmaciones que da Zu Zu, una de las trabajadoras entrevistadas en Modeslava, cuando se le pregunta acerca de la política de contratación de dichas fábricas: “Ellos emplean a todo aquel que quiera trabajar”. Y es que aunque ciertamente sé que es complicado para estas grandes multinacionales controlar al detalle todos los movimientos de sus proveedores y sus subproveedores en estos países, una vez más me reitero en animarles a prestar mayor atención y, sobre todo, desconfiar si, por ejemplo, el precio del trabajo que encargan es sospechosamente económico y/o los plazos escandalosamente rápidos… Porque entonces, casi seguro que algo no cuadra. 

Si no, está claro que de poco le servirá a H&M (y a las otras firmas) las campañas en pro de la sostenibilidad ambiental que están llevando a cabo últimamente, ya sea a través de la recogida de ropa usada o otorgando becas de un millón de euros… Porque al final, poco sentido tiene cuidar del planeta si no somos capaces de respetarnos y cuidamos entre nosotros. 

Vía | The Guardian 

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