EL EMERGENTE CULTO A LA ANTI-BELLEZA EN TIKTOK

Ese mundo construido sobre una ilusión de verdad absoluta que envolvía el mundo de la belleza parece disolverse poco a poco. Y es que, la aversión generada entre los productos y las marcas ya es una realidad en las redes sociales: la tendencia “des-influencer” de TikTok llega para contraatacar los productos virales. 

En tiempos pasados en los que los influencers o entusiastas de la belleza contaban sus experiencias de uso, en versión positiva, de todos aquellos productos que las marcas de beauty lanzaban para incitar el consumo, se topa ahora con esta nueva corriente antagónica basada en la anti-belleza. Ahora, los creadores se dirigen a TikTok con recomendaciones sobre lo que no se debe comprar, dando su opinión sincera sobre los productos de belleza más populares. 

Contra la cultura de la viralidad

Se proyectan entonces desde la luz azul una serie de hastags como #badmakeup, con más de 188 millones de visitas, y #worstskincare, con 28 millones, que visitan infinidad de usuarios para confirmar o aprobar sus últimas compras de maquillaje o de productos para el cuidado de la piel. De igual forma, el hashtag #deinfluencing -que cuenta con más de 30 millones de visitas- se suma a esta corriente de vídeos que contrarrestan el bombo publicitario que rodea a algunos de los productos más promocionados de la aplicación.

Este acto subversivo con el que, de alguna manera, acabar con la artificialidad suspendida en internet, y aproximarnos a la realidad, ha sido algo por lo que Bethenny Frankel, ex estrella de “The Real Housewives”, ha destacado. La actriz es conocida por criticar en TikTok e Instagram algunas de las marcas de culto de las famosas, haciéndonos saber verdaderamente de qué se tratan. Sin embargo, en medio de todo este paradigma, los intereses comerciales siguen prevaleciendo, y esa superficialidad que sustenta las marcas y sus estrategias, hace que, al final, no podamos determinar si un producto merece realmente la pena o no por un vídeo. 

Aún así, y aunque la des-influenciación no vaya a acabar con el fenómeno de los productos virales, esta tendencia nos da la oportunidad de reflexionar si realmente necesitamos todos esos productos, o si tan sólo se tratan de compras por impulso o emoción.

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